Pirineos. Revista de Ecología de Montaña 179 
ISSN-L: 0373-2568, eISSN: 1988-4281
https://doi.org/10.3989/pirineos.2024.179.362

Etnolingüística y zoonimia en el valle de Roncal (Pirineo Navarro, España)

Ethnolinguistics and zoonymy in the Roncal Valley (Navarrese Pyrenees, Spain)

 

1. Introducción

 

La etnozoonimia, como disciplina emergente, se enfoca en el estudio de la relación entre las comunidades humanas y sus clasificaciones, denominaciones y significados atribuidos a los animales. Como se verá, este ámbito de investigación ha ganado relevancia en los últimos años, ya que proporciona una ventana única para comprender la interconexión entre la cultura, la lengua y la biodiversidad.

La utilización de términos específicos para referirse a los animales en las diferentes lenguas tiene un especial interés en el contexto etnográfico y lingüístico que abarca la ecología cultural pirenaica. En esta cordillera, desde un enfoque multidisciplinario la etnozoonimia se presenta como una herramienta más que útil para desentrañar las complejidades de cómo estas comunidades, hasta hace no mucho gran parte del año aisladas, conceptualizaban y asignaban nombres a los animales. A pesar de las pérdidas de conexiones en los meses invernales, hay que tener en cuenta que estas sociedades poseían un carácter adaptativo con movimientos seminómadas –trashumancia y fronterizos-. Por ello, estas representaciones lingüísticas reflejan múltiples aportes de otros lugares y, a su vez, influyeron en su proyección del entorno medioambiental como un paisaje cultural muy polisémico en su relación con la fauna.

En este artículo, a través de un análisis exhaustivo, se pretende arrojar luz sobre los casos específicos del muestrario zoonímico recabado en el trabajo de campo efectuado en el valle pirenaico de Roncal (Navarra). Con este estudio, se pretende contribuir al desarrollo y consolidación de la etnozoonimia como un campo de estudio legítimo y relevante, al tiempo que se subraya su importancia para abordar cuestiones contemporáneas relacionadas con la conservación del conocimiento tradicional vinculado a la biodiversidad. Debe encuadrarse, por lo tanto, en una propuesta de comprensión más profunda de las dinámicas culturales que moldean las percepciones sobre el reino animal y su hábitat, interactuando con el ser humano, en el ámbito pirenaico y peninsular.

En el contexto de los estudios zoológicos transversales, vinculados principalmente a la filología, el análisis sobre zoonimia ha sido muy reducido en lo cuantitativo. Se pueden señalar el reciente trabajo de Carlos Garrido (2022Garrido, C., 2022. Análise de problemas e inadequações da zoonímia portuguesa utilizada na tradução de duas enciclopédias divulgadoras sobre fauna. Confluência: Revista do Instituto de Língua Portuguesa, 63: 77-127. 10.18364/rc.2022n63.593), enfocado en una evaluación de los problemas e insuficiencias de los zoónimos portugueses utilizados en la traducción de dos enciclopedias zoológicas en inglés. Anteriores a éste, en las primeras décadas del siglo XXI, se tienen a mano los trabajos de Chavarría (2008Chavarría, J., 2008. Notas de zoonimia abulense (II): nombres de aves en el Valle del Tiétar. Trasierra: boletín de la Sociedad de Estudios del Valle del Tiétar, 7: 89-114.) o Nieto (2010Nieto, E., 2010. Las Udrias, cuestiones metodológicas y prácticas sobre zoonimia en la toponimia a partir de algunos ejemplos de la provincia de Palencia. In: A. Cano & X. García (coords.), Homenaxe al profesor Xosé Lluis García Arias. Vol 2. T. 2. Oviedo: Academia de la Llingua Asturiana. 689-700 pp.). Desde esos estudios ya hay que remontarse hasta los años 80 del siglo XX para encontrar los artículos de Wilmes (1954Wilmes, R., 1954. Contribución a la terminología de la fauna y flora pirenaica: Valle de Vió (Aragón). In: AA.VV. Homenaje a Fritz Krüger. Mendoza, Argentina: Universidad Nacional de Cuyo. II: 159-192 pp.), Kuhn (1971Kuhn, A., 1971. Estudios sobre el léxico del Alto Aragón (Animales y plantas). AFA16-17: 7-85.), Sánchez & Machuca (1987Sánchez, A. & Machuca, M., 1987. De zoonimia asturiana. Lletres Asturianes: Boletín Oficial de l’Academia de la Llingua Asturiana, 27: 101-109.), Ripollès i de la Fragua (1988Ripollès i de la Fragua, R., 1988. Comparació: zoonímia de les Borges Blanques. Butlletí interior, 33: 47-50), Mayer (1989Mayer, M., 1989. Zoonimia ebraica e sostrato mediterraneo: el nome della tarma. Acme: annali della Facoltà di lettere e filosofia dell’Università degli studi di Milano, 42(2): 11-12.), Corbella y Corrales (1997Corbellá, D. & Corrales, C., 1997. Zoonimia y botánica en el Diccionario diferencial del español de Canarias (Índice). Estudios Canarios: Anuario del Instituto de Estudios Canarios, 42: 73-112.), entre otros. Se observa cómo desde el punto de vista de la etnozoonimia se ha tratado de estudios escasos, discontinuos o colaterales. E incluso, en lo referente a algunas regiones nulos o muy escasos. Sin embargo, en los últimos años se puede observar cómo se ha ido abriendo una línea de estudio transversal. En este sentido, desde el punto de vista etnográfico, cabría resaltar el trabajo de Vidaller (2021Vidaller, R., 2021. Fitonimia e zoonimia d’un ganadero de Bestué, luenga de cabañera. In: AA.VV. Arredol d’a parola: conoxer, amar, esfender l’aragonés.Treballos en omenache a Francho Nagore & Jesús Vázquez. Huesca, España: Gobierno de Aragón. 461-472 pp.), donde aúna el esfuerzo de recogida y estudio del bagaje fitonímico y zoonímico atesorado por un ganadero de Bestué (Huesca). De igual manera, resultan interesante las aportaciones de Becerra & Sánchez (2022Becerra, E. & Sánchez, M., 2022. Análisis de la zoonimia en apodos de animales domésticos durante el siglo XVIII en Rute (Córdoba). In: C. Velasco (coord.), XXVII Congreso Nacional y XVIII Iberoamericano de Historia de la Veterinaria: Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda 21, 22 y 23 de octubre de 2022. [s.d.]: Grupo Asís Biomedia. 330-339 pp., 2019Becerra, E. & Sánchez, M., 2019. Análisis de la zoonimia en apodos de animales domésticos durante el siglo XVII en Rute (Córdoba). In: J. García & L. García (dirs.). Las ciencias veterinarias al servicio de la sociedad: Actas del XXV Congreso Nacional y XVI Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria: Toledo, 15, 16 y 17 de noviembre de 2019. Toledo: Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo. 358-364 pp.), acerca de la zoonimia en los apodamientos de los animales domésticos durante el siglo XVII en el enclave cordobés de Rute.

En cualquier caso, en el ámbito etnológico, el estudio y aportaciones de nombres vulgares de la fauna no han sido enfocados de manera habitual más allá de simples desgloses. Se ha evidenciado una falta de análisis de sus correlaciones con la motivación de su significación inmaterial a nivel popular o sus rangos de origen filológicos. Se hace por lo tanto necesaria una revisión transversal que aúne el conocimiento de la fauna desde el punto de vista no sólo zoológico sino también lingüístico, etnográfico o etnohistórico. El presente trabajo pretende avanzar en este sentido, por lo menos en el área pirenaica, aunando la visión medioambiental y la cultural en la comprensión del papel ejercido por la fauna en las sociedades de montaña. Atendiendo a esta nueva línea de trabajo, uno de los aspectos a abordar es el de la zoonimia tradicional. Esto se debe a la paulatina pérdida de lenguas, variantes dialectales y hablas populares en las comunidades de ambas vertientes del Pirineo. En un marco de apertura absoluta a los medios de comunicación se ha producido en esta amplia región la fuerte inserción de denominaciones alóctonas que no reflejan la interrelación directa del habitante pirenaico con su corpus constituyente de la animalia del territorio.

Si se supera la mera concepción del animal como un recurso alimentario o una herramienta de laboreo asociada a cualquier sociedad tradicional semi autárquica, su figura trasciende a otros elementos materiales e inmateriales del patrimonio cultural. Desde la perspectiva del estudio de las mentalidades, el etnógrafo encuentra en la simbiosis entre el hombre y la fauna un agente activo en la elaboración que hace el grupo poblacional de su cosmovisión del paisaje. Se puede hablar así de un etnopaisaje en el que interactúan el ser humano, los animales, las plantas y el propio territorio con sus características geográficas. Así, cada uno de estos elementos es un eslabón esencial en la determinación de los ‘espacios vividos’ y el ‘lugar salvaje’ (Ott, 1981Ott, S., 1981. The circle of mountains: A basque shepherding community. Oxford: Clarendon Press.; Cernusca, 1996Cernusca, A., Tappeiner, U., Bahn, M., Bayfield, N., Chemini, C., Fillat, F., Graber, W., Siegwolf, R., Tenhunen, J., 1996. ECOMONT. Ecological effects of land use changes on European terrestrial mountain ecosystems. Pirineos, 147-148: 145-172. 10.3989/pirineos.1996.v147-148.141; Pfeilstetter, 2011Pfeilstetter, R., 2011. El territorio como sistema social autopoiético. Pensando en alternativas teóricas al “espacio administrativo” y a la “comunidad local”. Perifèria: revista de recerca i formació en antropología, 14: 1-17. 10.5565/rev/periferia.562; Arranz, 2015Arranz, J.M., 2015. Les prairies permanentes basco-béarnaises. Caractériser la diversité, les modes d’utilisation et les services éco-systémiques. Pau, Francia: Chambre d’Agriculture des Pyrénées Atlantiques.; Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373). El territorio se convierte en un espacio dinámico donde sus seres vivos se organizan en una ‘autopoiesis’ antropológica determinando el paisaje cultural y natural de manera nada aleatoria. Un reflejo de ello es la propia construcción de la compleja nomenclatura popular de la fauna que se da en lugares como el Valle de Roncal, en virtud de raíces lingüísticas, etnográficas y vivenciales del medio. Tal sistema de denominaciones les permite la interpretación y construcción cognitivo-simbólica de la biodiversidad que les rodea; y, en el caso que atañe a este estudio, de su fauna. Como señala Sanz (2013Sanz, M., 2013. Repertorio fitonímico de Castilla y León. Revista de folklore. Extra-1: 47-136.), en relación a los fitónimos de Castilla y León –pero perfectamente aplicable a los zoónimos roncaleses-, los nombres vernáculos alimentan interacciones de diferentes procesos infra, supra y estructurales sensu latissimo.

Partiendo de tales apreciaciones, en las siguientes líneas, el objetivo principal del análisis científico será el examen de los nombres vulgares de la fauna conocida en el Valle de Roncal y que posean un papel significativo en su construcción cultural como comunidad de montaña. Para ello, se atenderá a los condicionantes lingüísticos y etnográficos de toda sociedad de frontera, aplicando un método científico deductivo e inductivo a nivel etnológico, y analítico sintético en el arco de la revisión lingüística.

2. Materiales y Método

 

2.1. Área de Estudio

 

El estudio etnozoológico ha centrado su trabajo de campo en el territorio pirenaico oriental navarro que comprende el Valle de Roncal. Esta depresión se dispone de forma perpendicular a la cordillera siendo vertebrada de norte a sur por el cauce fluvial del río Ezka. En la cabecera norte de la hondonada limita con la región vascofrancesa de Sola y la occitana del Bearn. En la vertiente sur de las montañas, al oeste de la comarca se dispone el valle navarro de Salazar; mientras que al este y el sur es flanqueado por las regiones jacetanas de Ansó y Salvatierra de Esca en Aragón, como se puede ver en la Figura 1.

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Figura 1. Ubicación geográfica del Valle de Roncal en el Pirineo navarro y espacios naturales protegidos. Fuente: Orduna & Pascual, 2018.Source: Orduna & Pascual, 2018.
Figure 1. Geographical location of the Roncal Valley in the Navarrese Pyrenees and protected natural areas. Fuente: Orduna & Pascual, 2018.Source: Orduna & Pascual, 2018.

La superficie del Valle de Roncal llega a alcanzar las 41.499 Ha, siendo necesario destacar que de ellas 21.200 Ha pertenecen a terrenos comunales. A nivel administrativo, el valle queda dividido en siete municipios independientes que tienen configurada para su ordenación una Junta General de la mancomunidad con competencias supramunicipales (Orduna, 2011Orduna, P., 2011. Vecindad y derecho consuetudinario: análisis de los usos y costumbres comunitarias en el Valle de Roncal. Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, 86: 147-203. https://revistas.navarra.es/index.php/CEEN/article/view/200). Por otra parte, desde el punto de vista naturalístico, una considerable superficie de su espacio hoy se encuentra protegida dentro de la Red Natura 2000. Así, posee declaradas 7 áreas L.I.C. y Z.E.C., 5 zonas Z.E.P.A., 2 reservas integrales y otras 2 naturales, junto con 2 monumentos naturales constituidos por dos conjuntos de árboles singulares (nogal de Garde y pinar de Surio en Uztárroz).

La geología roncalesa está dominada por el flysch derivado de la fase de sedimentos eocénicos con profusión de un paisaje kárstico en el macizo norteño de Larra. Los mismos materiales se observan en los profundos barrancos o foces que exponen barras calizas al mediodía de la región. Esta petrografía y geodinámica hoy se expone en un marco de gran diversidad altitudinal que provoca topoclimas diferentes. De tal manera que entre el espacio central y la franja meridional de la comarca predomina el clima submediterráneo, mientras que en el segmento septentrional se deriva desde un entorno subatlántico hasta otro subalpino de alta montaña. Tales condicionantes provocan una amplia variedad de registros en cuanto a humedad, pluviometría y oscilación térmica. Se puede decir que la magnitud de factores cambiantes en el terreno ofrece a la región el contacto con los dos grandes macro-bioclimas navarros: el templado y el mediterráneo (Akerreta et al., 2010Akerreta, S., Calvo, M., Cavero, R., 2010. Ethnoveterinary knowledge in Navarra (Iberian Peninsula). Journal of Ethnopharmacology130(2): 369-378. 10.1016/j.jep.2010.05.023; Cavero et al., 2011Cavero, R.Y., Akerreta, S., Calvo, M., 2011. Pharmaceutical ethnobotany in Northern Navarra (Iberian Peninsula). Journal of Ethnopharmacology, 133(7): 138-143. 10.1016/j.jep.2011.07.001).

Si se atiende a la biodiversidad la masa boscosa está encabezada por pinares (Pinus sylvestris L. y Pinus unciata Ramond ex Dc.), robledales y hayedos -destinados todos a la industria maderera-, acompañados por un sotobosque de arbusto y matorral. Alcanzando las cotas más altas de los puertos de montaña se observan pastos en pradera compuestos por gramíneas endémicas latepirenaicas (Festuca eskia Ramond ex DC.). Por el contrario, en la base de las cuencas fluviales, la pradera se intercala con piezas de cultivo dispuestas en gran medida en bocage, unido a un sistema silvo-pastoril.

El entorno natural presenta una variedad de ecosistemas que albergan una diversidad de especies animales adaptadas a las condiciones particulares del lugar. En relación a la fauna salvaje, las praderas y bosques en ladera son importantes para la alimentación de herbívoros como el rebeco (Rupicapra pyrenaica) y el ciervo (Cervus elaphus hispanicus). Los bosques de abetos y pinares ofrecen refugio a mamíferos como el zorro (Vulpes vulpes) y el jabalí (Sus scrofa). Además, las riberas de los ríos que surcan el valle proporcionan hábitats acuáticos propicios para reptiles y anfibios (Rana pyrenaica, Lacerta vivípara, Vipera aspis, etc.), o aves acuáticas como el alción o martín pescador común (Alcedo atthis). Entre la ictiofauna de sus cauces reinan las truchas comunes (Salmo trutta), el barbo de cola roja (Barbus haasi) o el lobo de río (Barbatula quignardi). Los roquedos y foces son clave para aves como el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), que encuentra en los escarpes rocosos hábitats propicios para la anidación.

En otras especies destacables incluiríamos el oso pardo (Ursus arctos), que, aunque en peligro de extinción, ha sido reintroducido en la región, y el urogallo (Tetrao urogallus), una especie de ave galliforme presente en los bosques, enriqueciendo la avifauna del valle. Esta biodiversidad comarcal se enfrenta desafíos significativos en términos de conservación. La presión antropogénica, el cambio climático y la fragmentación del hábitat son preocupaciones que requieren una atención especial para garantizar la preservación a largo plazo de la fauna, flora y sus ecosistemas asociados.

El Valle de Roncal, con su tradición agrícola y ganadera, alberga diversas especies de animales vinculadas a la actividad agropecuaria. Estos animales desempeñan un papel fundamental en la economía local y han contribuido a la preservación de sus paisajes culturales. Entre los tipos de explotaciones a destacar cabe mencionar las de ovino extensivo conformadas por rebaños de oveja rasa navarra, que han ido siendo sustituidas por otras lanares estantes de oveja latxa lecheras dedicadas a la producción de queso. En segundo lugar se encuentran los ganaderos dedicados a la cría de vacas de razas parda alpina cruzadas con charolesas, o bien vacas de la línea roya pirenaica, destinada a carne. Y, de forma residual, se ven algunos ejemplares de jaca navarra o raza burguete. Este ganado equino con anterioridad poseía entre sus integrantes elementos mulares, asnos y burros que desempeñaron un papel en la preservación de prácticas agrícolas tradicionales, aunque tras la mecanización de éstas han ido desapareciendo. Aún con todo, hoy en día, en menor medida y a nivel doméstico, se observa la cría de especies avícolas o porcinas complementarias para la economía familiar local. La ganadería en el territorio representa una parte integral de la cultura y la etnohistoria de la región, contribuyendo a la conexión entre las comunidades locales y su entorno (Urzainki, 1980Urzainki, A., 1980. Evolución de la ganadería en el Valle del Roncal. Lurralde: Investigación y espacio, 3: 43-102.; Villar & Lorda, 1992Villar, L. & Lorda, M., 1992. El sistema ganadero roncalés en los últimos quince años: evolución y perspectivas. XXXII Reunión Científica de la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos: Pamplona, 1 al 5 de junio de 1992. [s.d.]. Sociedad Española para el Estudio de los Pastos. 378-384 pp. http://hdl.handle.net/10261/54100; Lana, 2011Lana, J., 2011. Una panorámica evolutiva de largo plazo. In: C. Santamaría (dir.). La ganadería en Navarra. Una panorámica evolutiva de largo plazo. Pamplona, España: Gobierno de Navarra. 9-48 pp.).

En atención al punto de vista etnológico, la estructura social del Valle de Roncal se inserta en el conjunto de pueblos que se han denominado como ‘culturas de frontera’. Sus rasgos etnográficos se vinculan de forma paralela al espectro propio que definen la Vasconia tanto peninsular como, por relación, continental. Sin embargo, como zona de contacto, presenta características intrínsecas al conjunto de valles que conforman ambas vertientes de la cordillera pirenaica. Estos determinantes se manifiestan en sus formas de organización y gestión territorial, sus estructuras domésticas y comunitarias o la evolución de un derecho consuetudinario muy vinculado al territorio (Comas et al., 2015Comas, D., (ed.), 2015. Piriniotarrak: temas de cultura pirenaica. Pirinioetako kultura. Lasarte-Oria, España: Etor-Ostoa.).

Por otro lado, el marco lingüístico del lugar ha venido caracterizado por la posesión de un dialecto propio del euskara, hoy en día considerado extinto aunque vigente de forma viva en el habla castellanizada local. A su vez, estos rasgos léxicos propios poseen influencias claras de diferentes lenguas romances como el antiguo -y desaparecido- navarro-aragonés, el occitano de Gascuña y el Bearn, las variedades actuales de la lengua aragonesa de Ansó y Hecho, o los aportes del castellano hablado en la Ribera del Ebro y el francés. Hay que tener en cuenta que la población masculina ejercía una trashumancia anual hacia las tierras del sur y en época estival mantenía contactos frecuentes con los pastores norpirenaicos. De forma paralela, el grupo femenino más joven desarrollaba labores en la industria de la alpargata en Mauleón y Olorón (Barandiarán & Manterola, 2011Barandiarán, J. & Manterola, A., (eds.), 2011. Casa y familia en Vasconia. Atlas Etnográfico de Vasconia. Bilbao, España: Etniker Euskalerria.; Sanz, 2009Sanz, E., 2009. Identidad, montaña y desarrollo. Los valles de Roncal, Salazar y Aezkoa. Vitoria-Gasteiz: Eusko Jaurlaritza- Gobierno Vasco.). Por lo tanto, se puede afirmar que no hay una frontera lingüística clara en el marco pirenaico occidental, sino que se representa un mosaico de isoglosas con avances y retrocesos de extensión según cada voz y sus lugares de participación o contacto (Torres, 2004Torres, F., 2004. Nombres y usos tradicionales de las plantas silvestres en Almería: (estudio lingüístico y etnográfico). Almería, España: Diputación de Almería, Instituto de Estudios Almerienses.). Desde el punto de vista etnozoonímico, esta personalidad particular ha dejado su rastro en una huella lingüística relevante en los nombres vulgares o vernáculos de la fauna.

2.2. Especies estudiadas

 

Desde un inicio del estudio se observó que la particularidad topográfica y climática del lugar, unido a sus rasgos singulares lingüísticos y la interacción de sus gentes tanto con la Ribera de Navarra en torno al Ebro como con la vertiente norte de la cordillera, supondría cierta dificultad para encauzar un análisis certero y lineal del 100 % de los zoónimos.

El análisis partía del estudio etnozoológico previo de un total de 180 animales (silvestres, domésticos y mixtos) y tres conjuntos de agrupamientos indeterminados y genéricos: gusanos, orugas y polillas. Estas unidades fueron recopiladas mediante el testimonio directo de los informantes. Se incluyen solamente las especies que tenían una presencia no única en el medio natural sino también significativa en la cultura local. Es decir, se trataba de fauna que ‘ha sido nombrada e integrada en el acervo etnológico de la comunidad’. Esto quiere decir que representan el 100 % de la presencia faunística doméstica pero no así de la fauna silvestre. Como ya se ha mencionado el Valle de Roncal integra numerosas áreas de relevancia natural, protegidas y con gran riqueza naturalística a nivel de flora y animales.

Una vez obtenidas las entradas de los especímenes presentes en el conocimiento tradicional y adecuación de la población a esta realidad zoológica, la primera fase de gabinete consistió en la identificación científica de cada uno de los probables taxones enunciados por las fuentes orales. Éste constituía un paso esencial para superar el hándicap de la denominación vernácula popular y determinar de manera exacta cada animal con su nombre científico. En este sentido, téngase en cuenta que podría darse lugar a confusiones por la enorme riqueza lingüística que de la materia tiene la comunidad y que podía dar lugar a duplicidades o coincidencias en la nomenclatura entre subespecies de la misma familia o ejemplares de diferentes categorías de clasificación incluso. Con tal objeto se ejecutaron segundos y terceros encuentros con informantes para obtener reconfirmaciones y contraste de datos entre ellos mediante observaciones de visu en campo o material fotográfico. Además, se contaba con el soporte de literatura científica referente a la zona de trabajo o con un espectro más amplio de estudio. De manera paralela, se ha tenido como soporte técnico un conjunto de guías zoológicas versadas en la fauna local y pirenaica: Navarra: guía ecológica y paisajística (Elósegui et al., 1980Elósegui, J. et al., (ed.)., 1980. Navarra: guía ecológica y paisajística. Pamplona, España: Caja de Ahorros de Navarra.); Euskal Herriko fauna: (ornodun lehortarrak): anfibioak, narrastiak, hegaztiak, ugaztunak (Larrañaga, 1996Larrañaga, J., 1996. Euskal Herriko fauna: (ornodun lehortarrak): anfibioak, narrastiak, hegaztiak, ugaztunak. Usurbil, España: Elhuyar Kultur Elkartea.); Euskal Herriko fauna - Fauna del País Vasco (AAVV, 2008AA.VV., 2008. Euskal Herriko fauna - Fauna del País Vasco. Lasarte-Oria, España: Etor-Ostoa.). Estos trabajos y volúmenes permitieron en ocasiones el cotejo visual con los informantes.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de que el trabajo de análisis es de carácter trasversal entre ciencias sociales, humanas y naturales, se ha mantenido una ordenación de datos sistemática fundamentada en el rango de estructura corporal [Vertebrados: mamíferos, aves, peces, reptiles, anfibios / Invertebrados: artrópodos, anélidos, moluscos], el hábitat [doméstico, salvaje, mixto], y el nombre científico determinado de cada espécimen. En las bases de datos de laboratorio se han establecido diferentes órdenes de búsqueda: número de recepción de cada elemento, orden alfabético de denominación científica y rango de hábitat. Se ha descendido en mayor detalle en aquellos taxones que poseen una significación especial en la cultura del valle. Así mismo, se han señalado singulares sinonimias que refuerzan elementos etnológicos de interpretación del animal en la comunidad. Así quedó el nombre científico configurado y acompañado de los nombres vernáculos más generales en castellano o euskara normalizado, batua; agregándole finalmente los populares locales de la zoonimia roncalesa.

En total se han singularizado 180 especies en la comarca. Atendiendo a la Figura 2, es destacable que entre el total de elementos determinados el 92,23 % pertenezcan al grupo de animales salvajes, mientras que sólo el 5,55 % al doméstico, agrupando un residual 2,22 % en el mixto. Esto señala una correlación alta entre el poblador y su mundo natural circundante más allá de la casa y sus campos de trabajo.

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Figura 2. Distribución de la fauna estudiada por categorías de hábitat. 
Figure 2. Distribution of the fauna studied by habitat categories. 

Así mismo, si se observan los datos de la Figura 3, el análisis se establece atendiendo a la estructura corporal de los animales. Desde esa extracción de datos absolutos, sobre el total de 183, los porcentajes se distribuyen de la siguiente manera: en primer lugar se da un 35,51 % de aves, seguido por un 21,31 % de artrópodos y un 19,67 % de mamíferos en última posición. Destaca el ratio superior de un 72,13 % de vertebrados sobre un 27,87% de invertebrados.

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Figura 3. Categorización en grupos de la fauna analizada. 
Figure 3. Categorization of the analyzed fauna into groups. 

2.3. Fuentes de información etnográfica

 

Este estudio zoonímico tiene un carácter diacrónico basado tanto en la consulta de documentación antigua, como en los estudios de dialectología y etnografía que se han desarrollado en la región en las últimas décadas. Por otra parte, se recogieron testimonios de dos fuentes de información tanto etnológica como etnohistórica. Fue preciso contar con una red de informantes locales, a los cuales se les desarrollaron entrevistas regladas. Tal trabajo de campo fue complementado con la bibliografía relativa al territorio y la consulta de documentación histórica de archivo (archivos municipales de los pueblos del valle, archivo de la Junta del valle, Archivo Real y General de Navarra y Archivo General Militar de Ávila) relacionada, directa o indirectamente, con la fauna de la comarca y su papel hoy en la cultura local.

Cabe añadir que en el caso de la literatura científica -e incluso de la llamada gris- sobre temas del área de la etnografía, su antigüedad no disminuye el valor documental que aporta. Por el contrario, a través de ella se pueden obtener datos de informantes que hacen referencia a prácticas etnoculturales que permiten identificar en la actualidad el sentido último de muchos de los nombres vulgares de los animales. Estas aportaciones no deben ser consideradas como una mera recopilación adicional de datos secundarios, sino que en gran medida han supuesto una herramienta esencial para la posible interpretación en el análisis de los zoónimos locales.

Como ya se ha mencionado, a los contactos e informantes locales se les realizaron entrevistas semiestructuradas. Este sistema de trabajo da lugar a la posible obtención de datos no solo de nivel cuantitativo sino también de carácter cualitativo. Para ello se diseña un desglose de cuestiones con 16 entradas en las que se recogen preguntas destinadas a identificar al informante, determinar científicamente el animal en concreto, indagar en su percepción popular en la comunidad, señalar qué usos ha tenido tal espécimen, caracterizarlo de forma descriptiva y, como es obvio, recoger su nomenclatura vernácula local.

La muestra de población que participó en el proceso de encuestación del trabajo de campo alcanzó a veintinueve habitantes oriundos de la región. Por parte del equipo de trabajo, su selección fue intencional a fin de abarcar diferentes franjas etarias (entre los 30 y 98 años), de género (veinte hombres y nueve mujeres), de profesiones (madereros, ganaderos, agricultura doméstica, cazadores…) y procedencia de diferentes villas del Valle. Quince informantes ya habían sido entrevistados en fases previas durante otros estudios etnológicos de ambos autores en la región. El resto de los encuestados (catorce) fueron contactados para este estudio concreto. Como determinante fundamental para su selección se tuvo presente el nivel de contacto de cada posible vecino con el conocimiento tradicional sobre la fauna, en virtud de sus labores habituales en la comarca. Así mismo, se intentó lograr una muestra de población que hubiese sido testigo de los cambios medioambientales y en el paisaje cultural significativos en las últimas cuatro décadas.

2.4. Análisis de rasgos zoonímicos

 

En el caso roncalés se observa que en relación a los zoónimos vernáculos se produce un proceso de construcción semántica de gran economía lingüística. En su desarrollo hay una clara tendencia a simplificar la significación del discurso en datos concretos y accesibles para un amplio abanico de targets receptores. De esta forma, a la hora de clasificar sus raíces o étimos, el estudio se ha centrado en su significación última desde una perspectiva más etnológica que filológica. Es decir, su estudio abarca el estricto límite de una clasificación zoológica. Aunque su análisis no abandona el marco estructural clásico de la clasificación de las especies animales a la hora de efectuar agrupamientos o determinación de cada espécimen. Sin embargo, en su revisión se le añade su examen tanto lingüístico como etnológico. El marco de trabajo es el de reconstruir la historia de cada término constructivo mediante un cotejo de significados afines a los que pueden ser localizados en los repertorios etimológicos, lexicográficos o zoológicos, amén de los recogidos en la literatura científica previa.

Se trata de efectuar una clasificación sistemática como la que se ha hecho de forma transversal en otros estudios de etnofitonimia y etnobotánica (Torres, 2004Torres, F., 2004. Nombres y usos tradicionales de las plantas silvestres en Almería: (estudio lingüístico y etnográfico). Almería, España: Diputación de Almería, Instituto de Estudios Almerienses.; Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373). En relación a la zoonimia, en este estudio en concreto se ha optado por trabajar con las obras de Covarrubias (1611 ed. 2017Covarrubias, S., 2017. Tesoro de la lengua castellana o española. http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/765/16/tesoro-de-la-lengua-castellana-o-espanola/); Bähr (1936Bähr, G., 1936. Nombres de animales en vascuence (etimologías y folklore). Revista internacional de los estudios vascos = Eusko ikaskuntzen nazioarteko aldizkaria, 27(1): 77-122.); Agud & Michelena (1968Agud, M. & Mitxelena, K., 1968. Nombres de la “comadreja” en el País Vasco. Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo: International journal of basque linguistics and philology, 2(1): 73-86.); Alvar (1978Alvar, M., 1978. Breve vocabulario de la Navarra nordoriental. Archivo de filología aragonesa, 22-23: 251-300.); Ollaquindía (1979Ollaquindía, R., 1979. Nuevas adiciones al vocabulario navarro de Jose María Iribarren. Príncipe de Viana, 39(150-151): 281-316. https://binadi.navarra.es/registro/00011428); Sánchez & Machuca (1987Sánchez, A. & Machuca, M., 1987. De zoonimia asturiana. Lletres Asturianes: Boletín Oficial de l’Academia de la Llingua Asturiana, 27: 101-109.); Agud & Tovar (1988-1994Agud, M. & Tovar, A., 1988-1994. Materiales para un diccionario etimológico de la lengua vasca. Diferentes artículos publicados en: Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo: International journal of basque linguistics and philology.); Estornés (1997Estornés, B., 1997. Diccionario español - uskara roncalés. Erronkariko uskararen hiztegia. Pamplona-Iruñea, España: Gobierno de Navarra.); Tornal (2000Tornal, J., 2000. Los nombres en el habla de Benasque: aproximación a la onomástica y antropología cultural del Alto Aragón. II. Los nombres de los animales y de las calles. Archivo de filología aragonesa, 56: 187-208.); Corbellá & Corrales (1998); Vilar (2006Vilar, J., 2006. La cambra de las palabras. Algunos nombres de aves (Búhos, cárabos, vencejos y urracas). REHALDA, 4: 11-16.); Trask (2008); Martínez (2008Martínez, A., 2008. Vocabulario básico bilingüe aragonés castellano y castellano –aragonés. Huesca, España: Publicazións d’o Consello d’a Fabla Aragonesa.); López-Mugartza (2008López-Mugartza, J.K., 2008. Euskera, language of the Pyrenees: the case of Ansó (Aragon) and Roncal (Navarre). Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo: International Journal of Basque Linguistics and Pphilology, 42(2): 303-336. 10.1387/asju.5716); Clemente & López-Mugartza (2008Clemente, J. & López-Mugartza, J.K., 2008. Irasco y otros nombres de animales y plantas de Esco. Huarte de San Juan: Filología y Didáctica de la Lengua, 10: 81-111. https://hdl.handle.net/2454/9332); Vidaller (2013-2014Vidaller, R., 2013-2014. O lesico d’a fauna en aragonés: apuntes tacsonomicos. Luenga & fablas: publicazión añal de rechiras, treballos e decumentazión arredol de l’aragonés e a suya literatura, 17-18: 97-116.); Navarro (2014Navarro, H., 2014. El léxico etnobiológico en Lengua mapuche. Cuadernos de Lingüística Hispánica, 23: 13-28. 10.19053/0121053X.2334); Fan (2015Fan, W., 2015. El sentido cultural de los zoónimos en chino y en español. Language design: journal of theoretical and experimental linguistics, 17: 5-33. https://ddd.uab.cat/record/147615); Mata (2017Mata, X., 2017. Zoònims Llatins Motivats asilus, colubra, columba, hirundo, scrofa. Liburna, 10: 47-78. http://hdl.handle.net/20.500.12466/103); Mañas (2019Mañas, M., 2019. Raíces prerromanas en falsos zootopónimos de la provincia de Cáceres. Revista de filología románica, 36: 29-44. 10.5209/RFRM.63504); Pardo de Santayana et al. (2018) y Garrido (2022Garrido, C., 2022. Análise de problemas e inadequações da zoonímia portuguesa utilizada na tradução de duas enciclopédias divulgadoras sobre fauna. Confluência: Revista do Instituto de Língua Portuguesa, 63: 77-127. 10.18364/rc.2022n63.593). El fin último de esta revisión ha sido el obtener una clasificación lexicogenética de las voces que componen la zoonimia roncalesa, ofreciendo a su vez ejemplos analítico y significativos a cada variante de relaciones lógicas entre el lenguaje y su discurso cultural. De esta manera pudieron ser desglosados la suma total de nombres señalando sus elementos constructivos según su motivación descriptiva, metafórica o metafórico-metonímica (Veny, 2015Veny, J., 2015. Botànica i llengua. Fitonímia, etimologia i motivació léxica. Manuscrits. Revista d’Història Moderna, 33: 33-50. 10.5565/rev/manuscrits.68). Tras la evaluación de trabajos previos versados en zoonimia, ya mencionados, y en fitonimia (Séguy, 1953Séguy, J., 1953. Les noms populaires des plantes dans les Pyrénées centrales. Barcelona: CSIC.; Fortes, 1984Fortes, J., 1984. Fitonimia griega I: la identificación de las plantas designadas por los fitonímos griegos. Faventia, 6: 7-30.; Cáceres & Salas, 1991Cáceres, M.T. & Salas, M., 1991. Introducción al estudio de la fitonimia canaria. Revista de filología de la Universidad de La Laguna, 10: 31-50.; López, 2009López, P.J., 2009. Estudio lingüístico de la fitonimia científica de las orquídeas desde una perspectiva multidisciplinaria. Boletín de lingüística, 21(32). http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-97092009000200005 ed. 2017; Veny, 2015Veny, J., 2015. Botànica i llengua. Fitonímia, etimologia i motivació léxica. Manuscrits. Revista d’Història Moderna, 33: 33-50. 10.5565/rev/manuscrits.68; Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373) se ha implementado una clasificación propia que ha permitido estructurar una categorización de los nombres vernáculos locales en el análisis:

  1. Alegórico o metafórico: tecnozoónimos -semejanza a un objeto u herramienta-, somazoónimos -semejanzas a alguna parte del cuerpo humano-, zoozoónimos -a una parte animal-, fitozoónimos -a una flora- astrozoónimos -a un cuerpo celeste- o transzoónimos -a otra cosa en general-.
  2. Fisiozoónimo descriptivo: referencia a un rasgo morfológico del propio animal como su forma, color, tacto, gusto…
  3. Topozoónimo: locativos que informan sobre el hábitat que lo alberga o su procedencia.
  4. Mitozoónimo: lo relacionan con alguna creencia mitológica.
  5. Antropozoónimo: fundamentados en el corpus onomástico.
  6. Onomazoónimo: plurilingüe donde el nombre vernáculo deriva de diferentes zoónimos o de una hibridación lingüística –‘palabras viajeras’ (Agud & Tovar, 1998)-.
  7. Informativo-preventivo: advierten de las consecuencias o peligro de uso o contacto con el animal.
  8. Hagiozoónimo o espiritual: Motivación radicada en alguna figura o hecho religioso.
  9. Cronozoónimo: determinan la temporalidad de algún hecho relacionado con el animal: migraciones, vedas, cría…
  10. Utilitario: determinan posibles usos -por personas u otros animales- de la especie en cuestión.
  11. Oscuros: mensaje significativo no transparente y sin poderse descifrar plena o parcialmente. Por la singularidad lingüística de la comarca se dan con cierta frecuencia.

3. Resultados

 

De los 183 animales estudiados y determinados se han hallado 392 zoónimos diferentes. Derivado del rango de territorio fronterizo con influencia de diferentes lenguas, en el Valle de Roncal se observa la presencia en ellos del euskara, el castellano y el aragonés, incluso con el fenómeno de trasvase o conjunción de lexemas entre ellas. Es verdad que, al ser una zona vascófona, se da una señalada mayoría (59,71 % de los zoónimos) con lexemas, prefijos o sufijos en lengua vasca. Ésta es una constante similar a lo que ya se ha estudiado sobre los fitónimos de la comarca en investigaciones anteriores (Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373). Tal incidencia puede observarse en la Figura 4. Como ejemplos constructivos de significado etnológico está, por ejemplo, el nombre basoilar que hace referencia al urogallo (Tetrao urogallus), compuesto por el prefijo baso- (bosque) o basa- (salvaje) y oilar (gallo). De igual manera, en castellano y aragonés se constituyen otros monemas que unidos a determinados lexemas y/o palabras dan nombres compuestos desarrollándose un 32,14 % de adscripciones en castellano y un 8,16 % en aragonés: culirroyo (Barbus haasi), marrico de luz (Lampyris ibérica), avisaculebras (Ephemera danica).

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Figura 4. Idiomas de adscripción de los zoónimos roncaleses. 
Figure 4. Languages of ascription of the zoonyms of the valley under study. 

En ocasiones se aprecia la permanencia en el habla local -en castellano- de zoónimos cuya significación semántica original ya no es conocida por los lugareños. Su vigencia en el acervo etnobiológico se debe a la trasmisión intergeneracional a pesar de que en determinados casos su raíz no sea comprendida y se vincule simplemente a un marco dialectal euskérico arcaico. En muchos casos su supervivencia está debida a la continuidad de uso o afectación de dicho animal en el devenir diario de algunos oficios o grupos sociales del valle. Ejemplo de ello puede ser el caso de turón (Mustela putorius) denominado aún en Isaba pitotxa, o el renacuajo (Rana pyrenaica, Pelophylax perezi) nombrado en Uztárroz como apotxorri por los niños. En ambos casos los especímenes mantienen un papel activo en la cultura local ya sea por su interacción en labores agropecuarias o juegos infantiles. Sin embargo, por ejemplo, cuando se refieren al turón adscriben su nombre al dialecto vasco roncalés mientras que en su origen filológico parte del latín pūtĭdus (FEW tomo 9: 632), derivando luego al francés putois, occitano general putoy, gascón pitoch, aragonés medieval putox (Arette, 2003Arette, A., 2003. Nos bêtes d’Aquitaine dans la langue, l’histoire et le légendaire gascons, Belin-Beliet, Francia: Princi Néguer.; Vidaller, 2008 – 2009Vidaller, R., 2008 –2009. Lesico d’o mundo natural en o sieglo XV. Luenga & Fablas, 12-13: 227-236.).

Por el contrario, determinados nombres vascos en el dialecto de la zona se han perdido del todo y los nuevos vascoparlantes -posteriores a la generación que perdió el uso del idioma- los han sustituido por otros propios del vasco normalizado oficial. Se puede señalar el caso de la golondrina (Hirundo rustica), denominada en Burgui como egoaltxatxuri y actualmente señalada en dicho pueblo en euskara con la variante genérica actual enara. De igual manera ocurre con la víbora áspid europea (Vipera aspis) mencionada en roncalés como ziraun y ahora en vasco llamada sugegorri. De manera paralela, entre los monolingües castellanoparlantes se han perdido multitud de nombres tradicionales vernáculos y, de igual forma, los han sustituido por otros estándar en español. En general, se emplea el vocablo tábano para llamar al Philipomyia aprica, en vez el de mosca de macho. Aquí viene en parte determinado tanto por el devenir de la lengua como por la paulatina desaparición de los equinos en las labores del campo y, por lo tanto, de la vida y presencia cotidiana en los pueblos. En el valle los préstamos internos en el léxico etnobiológico pueden derivarse de zoónimos con raíces euskéricas que mediante variaciones fonéticas o de su morfología constructiva dan lugar a términos castellanizados. Un ejemplo es el txerrimasto o macho de cerdo semental, donde se han unido la raíz vasca txerri (cerdo) y el término aragonés -empleado en el castellano de la zona- masto (macho). Otras denominaciones vernáculas están ancladas en su raíz latina y desde ésta, de manera indirecta, a una estrecha vinculación al nombre científico del animal: Martes foina que es llamada fuina, o la urraca (Pica pica) llamada malpika.

Como se puede apreciar en la Figura 5, el 84,7 % de los animales tiene multiplicidad de zoónimos con dos o más de ellos para designarlos. Hay que destacar que el 35 % del total tiene dos nombres populares siendo generalmente uno en lengua romance y otro en vasco. Se observa por lo tanto la convivencia equilibrada entre ambos ámbitos lingüísticos en el marco del léxico biológico animal. Por otra parte, destacan especies que superan la decena de zoónimos cada una de ellas [sin contar nombres por rangos etarios o pueriles infantiles]. Entre ellas cabe destacar el murciélago (Pipistrellus pipistrellus) con 12, el Nyctalus lasiopterus con 13, la lagartija (Zootoca vivipara) con 18, la Podarcis muralis con 19. En estos casos las variaciones internas de cada nomenclatura pueden referirse a simples elementos fonéticos. Así, como ejemplo claro, la lagartija de turbera (Zootoca vivipara): recoge los de: sugendila, sugekandra, sugekandera, xargantana, txuranda, xuranga, txitxikandra, txitxikoandri, quinquistaño, enquistaño, pipirikanda, muskentra, eusaistaino, sargantana, sobrecanda, lagartija, churanda. Tal diversidad viene derivada de la evolución de cada palabra en cada uno de los pueblos del valle o entre sus habitantes por sesgo de edad o profesión.

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Figura 5. Predominancia del volumen de multiplicidad en los zoónimos por animal. 
Figure 5. Predominance of the volume of multiplicity in zoonyms per animal. 

Se ha observado el caso también de homonimias con el empleo del mismo zoónimo en especies y géneros tanto iguales como diferentes. En el Valle de Roncal un ejemplo sería el nombre ya mencionado de pitotxa que se emplea tanto para Martes martes como para el Mustela putorius. Otro caso curioso es el del nombre vernáculo garraplán, empleado para designar al tritón pirenaico (Calotriton asper) y al escorpión (Euscorpius flavicaudis). Como se ve el fenómeno puede darse entre especies, géneros o familias muy alejadas (Ballestra-Puech, 2007Ballestra-Puech, S., 2007. L’araignée, le lézard et la belette: versions grecques du mythe d’Arachné. Rursus, 2 : 1-13. 10.4000/rursus.97; Vidaller, 2017Vidaller, R., 2017. Fendo l’onso. Asayos de antropolochía zoolochica. Huesca: Comarca Alto Gállego.: 25-27). Así mismo, evaluando la estructura de categorización de los nombres vernáculos locales desde una perspectiva etnológica, en el corpus general de zoónimos estudiados, se aprecia la prevalencia de la categoría de onomazoónimos de cuyos rasgos ya hemos hablado líneas arriba. En cuanto a la relación nominal entre este tipo de especies, puede ser rastreada desde un antiguo sustrato, como en la correlación de la salamandra o la salamanquesa en el THESOC donde la voz salamandre engloba a su vez a la segunda mencionada.

Ahora bien, otro grupo que destaca es el de los fisiozoónimos como águila blanca, sugeutsu o ciega (Blanus cinereus), gato-pitotxa (el turón Mustela putorius que, en el entorno, traduciendo al castellano de forma errónea se le viene a denominar como ‘gato picudo’ -similar al vocablo gascón gatputach. Este empleo de gat- se ve tanto en diversas especies de esa lengua como gat-loup o en euskara el nombre katajineta-), ainai zuri (Hirundo rustica, resaltado su color blanco), azulón (Anas platyrhynchos), rana roya (Rana temporaria), buztangorri (se trata del colirrojo real Phoenicurus phoenicurus y se refuerza el color bermejo de su cola), verdeón (Chloris chloris), culirroyo o cudrirroyo (Barbus haasi) (Arette, 2003Arette, A., 2003. Nos bêtes d’Aquitaine dans la langue, l’histoire et le légendaire gascons, Belin-Beliet, Francia: Princi Néguer.; FEW, tomo 9: 632-633). En ellos, claramente, el nombre determina características físicas del animal.

En el rango de topozoónimos, los hay muy claros, aunque no son numerosos. Entre ellos se dan casos como el gato montés o gato de monte (Felis silvestris), egoaltxatxuri (de nuevo la Hirundo rustica donde se recalca su afinidad por el río en roncalés egoaltxa), garieper (la codorniz Coturnix coturnix, haciendo referencia a su pasear por los campos de trigo), la rana de monte -también llamada rana de río- (Rana pyrenaica), la rata de agua (Arvicola sapidus) o mendioilar (es decir, cogujada común Galerida cristata, a la que se refiere su carácter montaraz: gallo de monte) y el mítico caracol navarrico (Cepaea nemoralis). Es obvio que a través de este último grupo se observa cómo la población local tiene un conocimiento muy profundo del hábitat de tales animales. Con sus nombres puede determinar de forma exacta a nivel locativo donde se albergan, se alimentan o crían. A nivel de los hagiozoónimos localizados se aborda directamente el ámbito, radicando su motivación en figuras religiosas. Puede ponerse el caso paradigmático del gurrimayo (Coccinella septempunctata subsp. septempunctata) que también es llamado vaquica de Nuestro Señor, ovejica del cielo en el pueblo de Roncal y vaquita de Dios en Burgui. Cercano a este modelo de construcción se hallan los antropozoónimos, muy poco numerosos y fundamentados como se señaló en el corpus onomástico. Se puede mencionar en este caso al ave martín pescador (Alcedo atthis). Como cronozoónimo es muy evidente el caso del ya mencionado gurrimayo, que marca el mes donde se ve más fácil su presencia en el valle. Entre los nombres de carga informativa y preventiva, que advierten de las consecuencias de interactuar con el animal en cuestión, se puede mencionar a la avisaculebras, que no es otra que la ya citada mosca de mayo (Ephemera danica). Su presencia en la cultura popular indica que hay que tener cuidado pues es época y entorno donde pueden estar escondidas las culebras. En el conjunto de los metafóricos o alegóricos se dan multitud de ejemplos, destacando entre los animales el suâr o marrico de luz -gusanito de luz, gusano de luz, lucero- (Lampyris ibérica / Lampyris noctiluca), el zapatero o rapatataina (Gerris lacustris), la engañapastores (Motacilla alba), el picatronco o egur-arrailatzale (Dendrocopos major), la berrionzale -traducido como la que trae las buenas nuevas y que es llamada también sarnasarnafuera- (Graellsia isabellae roncalensis), el avión (en referencia a Delichon urbicum, Apus apus y Apus melba), o los diferentes erregetxori (que son los reyezuelos Regulus regulus y Regulus ignicapilla).

4. Discusión

 

Las particularidades naturales y etnográficas de un territorio de montaña y de frontera como el de Roncal otorgan una serie de complicaciones a cualquier estudio sobre su biodiversidad y contingente humano. A nivel lingüístico, es parte de una geografía multilingüe, lo que conlleva interferencias de diferentes lenguas en la construcción de su taxonomía zoológica a nivel vernáculo. Tal hecho ha dado lugar a complicadas soluciones lexicográficas con multiplicidad de distintos zoónimos para un mismo animal, acumulación de étimos de diferentes idiomas en un único nombre (López-Mugartza, 2008López-Mugartza, J.K., 2008. Euskera, language of the Pyrenees: the case of Ansó (Aragon) and Roncal (Navarre). Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo: International Journal of Basque Linguistics and Pphilology, 42(2): 303-336. 10.1387/asju.5716; González, 2011González, F., 2011. El navarro y el aragonés. In: A. Sagarra (ed.). Pirinioetako hizkuntzak: oraina eta lehena: Euskaltzaindiaren XVI. Biltzarra. Bilbao, España: Euskaltzaindia. 729-760 pp.). Esta injerencia de diferentes raíces lingüísticas ha dado como resultado un corpus de nomenclaturas en la fauna muy rico y profundo en significados etnológicos.

Sin embargo, la interacción de tantos factores en este fenómeno constructivo no puede ser abordada con vagas conjeturas sin sustento en el dato empírico. Es verdad que, en el trabajo de campo, en ocasiones, la precisión de los nombres populares de los animales -con los fitónimos ocurre lo mismo- es variable. Es decir, no tiene por qué regirse por un sistema ordenado y jerárquico con niveles superiores y subcategorías desde la perspectiva científica, sino que obedece a otros ordenamientos intrínsecos a la percepción que esa cultura particular tiene de su entorno (Fortes, 1984Fortes, J., 1984. Fitonimia griega I: la identificación de las plantas designadas por los fitonímos griegos. Faventia, 6: 7-30.; Velasco, 2017: 213-242). Hay que recordar el carácter semiaislado del lugar; pero, a su vez, su marcada determinación fronteriza – en lo cultural, lingüístico y administrativo- y sus rasgos seminómadas estacionales con contactos al norte y al mediodía. Estas migraciones ligadas a la trashumancia a la Ribera de Navarra o por motivos laborales a las regiones de Sola y Bearn en la vertiente septentrional supusieron un trasiego no sólo de gentes y ganados, sino también de vocablos y correlaciones con el mundo animal.

A nivel zoonímico este tipo de movimientos ha producido en el Valle de Roncal convergencias en las nomenclaturas, alteraciones del significado inicial de sus nombres o mutaciones fonéticas trasladadas a su construcción actual. Por ello, en el estudio se hace esencial el análisis y localización de la raíz arcaica del vocablo. Hay que matizar que, en regiones como en la que se ha efectuado el trabajo, la pérdida dialectal y el proceso de despoblamiento del medio rural ha supuesto la transformación de muchos de estos registros zoonímicos desde una categoría de significados a otra de ‘desconocidos’, eso sí, sin dejar de ser entendidos como propios. En ocasiones, la razón última no es ya tanto el desconocimiento del idioma sino que los ‘hechos’ o el ‘conocimiento tradicional’ que vinculaba al hombre con el animal ha desaparecido o ha sido olvidado. Un ejemplo de ello son los tres grupos de zoónimos cuyos animales no han podido ser determinados al englobar a un importante contingente de ellos de diferentes especies o familias.

En una sociedad tradicional la adjudicación de nombres se desarrolla por la inmediatez de la observación del animal (rasgos morfológicos por ejemplo) o por su correlación con la vida humana y el entorno (gusanico de luz). Eso es un fenómeno general que se deriva de la constante en el ahorro lingüístico a la hora de transmitir cargas informativas. Como señala Suárez (2005Suárez, J., 2005. Semejanzas y diferencias de la percepción del significado de los nombres de animales bajo el punto de vista de dos culturas: rusa y española. Cuadernos de Rusística Española, 1: 277-283. 10.30827/cre.v1i0.1878), “la fraseología juega un papel muy importante en la comunicación de cualquier idioma, ésta se ha ido creando a lo largo de la historia de un pueblo y en el contenido de las unidades fraseológicas (ufs) podemos ver las experiencias y el conocimiento de dicho pueblo. Así, en el significado de las ufs se pueden encontrar hechos históricos, costumbres populares, experiencias del propio pueblo”. En su estudio comparativo entre la zoonimia rusa y española, el autor señala de forma muy acertada que “la gran mayoría de los nombres de animales son capaces de desarrollar un sentido metafórico que se emplea para describir ciertos rasgos de una persona”. Por lo tanto, estas unidades o zoomorfismos poseen un gran potencial comunicativo y de adaptación de su semántica a la estructura del lenguaje.

En el caso del lenguaje popular, concreto y sintético, se determina mediante la búsqueda de la comodidad del habla y la gestación de un sistema procesual sistémico. Ahora bien, en el caso de Roncal, esta concreción no resta carga de testimonio etnológico en la expresión del mensaje léxico que se transmite. Ejemplo de ello es la variedad de tipología descrita en el conjunto de la zoonimia local. En resumen, en el conjunto de étimos, al igual que en otras regiones cercanas o no, se observa cómo el nombre vernáculo tradicional surge de la experimentación directa y la correlación del habitante con su entorno natural (Mata, 2017Mata, X., 2017. Zoònims Llatins Motivats asilus, colubra, columba, hirundo, scrofa. Liburna, 10: 47-78. http://hdl.handle.net/20.500.12466/103).

Un rasgo común en este tipo de sociedades tradicionales hoy se detecta en su léxico etnobiológico. En su compendio de nombres populares, tanto de animales como de plantas, su guion constructivo principal está motivado hoy por principios de arbitrariedad en el lenguaje. Este aspecto fue largamente analizado por Ferdinand de Saussure y Sidney Lamb, y ha sido atestiguado en este estudio de campo (Navarro, 2014Navarro, H., 2014. El léxico etnobiológico en Lengua mapuche. Cuadernos de Lingüística Hispánica, 23: 13-28. 10.19053/0121053X.2334; Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373). En el marco lingüístico roncalés, la correlación existente entre el significado y su significante hoy en gran número de ocasiones parece no responder a razones regladas. Aunque, si se evalúa este supuesto desorden, se observa intrínseco en él una exposición icónica intencionada de elementos propios de la vida cotidiana de esta comunidad. Es decir, se da un traslado directo del papel o representación del animal en la cultura tradicional del lugar.

Para lograr este efecto con el empleo de los étimos o bien hoy se tiende a una lexicalización que da lugar a la creación de palabras derivadas de otras ajenas a la fauna, o bien, por el contrario, se crean composiciones, reducciones o abreviaciones de otros vocablos de la lengua local. En otro orden de componentes, en la nomenclatura se observan préstamos o extensiones semánticas fundamentadas en metáforas o metonimias. Este tipo de giros lingüísticos no es que sea exclusivo del Valle de Roncal, sino que se ha observado en otras muchas denominaciones de plantas y animales en diferentes partes del mundo (López, 2012López, P.J., 2012. Estudio lingüístico de la fitonimia vulgar de las orquídeas en Cuba. Disparidades. Revista De Antropología, 67(2): 515–534. 10.3989/rdtp.2012.20), aunque, es verdad que en la región de estudio los préstamos pueden venir de aquellos que mantienen vasquismos en sus raíces con modificaciones de tipo fonético o morfológico, o de los nombres los animales alóctonos. Esto se debe a que “los dominios lexicales populares tienen orígenes diversos y admiten ciertos márgenes de ambigüedad que fluctúan entre los datos de la percepción sensible más cuidada y las viejas creencias” (Climent i Giner, 1996Climent i Giner, D., 1996. Aproximació a la fitonímia popular del Baix Segura. Quaderns de Migjorn. Revista d’estudis comarcals del sud del País Valencià, 2: 127-161.: 127). Ahora bien, al igual que en los fitónimos de la comarca, su origen y proceso evolutivo se ha sostenido en normas básicas que sustentan el modelo cognitivo idealizado de Lakoff (Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373). Se busca una parquedad de términos -sincrónica o diacrónica- que ha dado lugar a un continuum léxico que permite trasmitir la mayor información posible (D’Olimpio, 2011D’Olimpio, M., 2011. Aree semantiche e classificazione dei fitonimi in Val Dogna (UD). Quaderni di semantica: rivista internazionale di semantica teorica e applicata, 332-1: 35-56.: 38-50). Es decir, se observa una contingencia de categorías etnozoonímicas transmisora de la percepción de una población del conjunto de todo su ‘nicho ecológico’ y su adecuación a él. El resultado es un sistema de denominaciones “vivido y fundamentado en el utilitarismo de la comunicación verbal de información para identificar, aceptar o rechazar el uso o contacto con la planta” (D’Olimpio, 2011D’Olimpio, M., 2011. Aree semantiche e classificazione dei fitonimi in Val Dogna (UD). Quaderni di semantica: rivista internazionale di semantica teorica e applicata, 332-1: 35-56.: 53).

En el contexto de este valle pirenaico navarro se pueden extraer unos indicadores claros que determinan a nivel etnolingüístico la isoglosa semántica que impera en todo el territorio circundante. En el área geográfica, incluso con el agregado de préstamos obtenidos por su contacto con la Ribera navarra, da lugar a una marcada parquedad en el uso de componentes léxicos en el desarrollo de los zoónimos. Este hecho es una constante que se mantiene desde los registros efectuados a mitad del siglo XX por Séguy (1953Séguy, J., 1953. Les noms populaires des plantes dans les Pyrénées centrales. Barcelona: CSIC.), Bouda & Baumgartl (1955Bouda, K. & Baumgartl, L., 1955. Nombres vascos de las plantas. Acta Salmanticensia. Filosofía y Letras, 7-3: 1-9.) a nivel de flora. En el ámbito de la Vasconia continental y peninsular tal hecho tiene una explicación sencilla en parte. El euskara es una lengua aglutinante por lo que mantiene la regla de unir monemas independientes dando lugar a la constitución de vocablos nuevos a través de lexemas y afijos (López de Ipiña et al., 2003López de Ipiña, K., Graña, M., Zulueta, E., Ezeiza, A., 2003. Selección de unidades léxicas para reconocimiento automático del habla continua en euskera. Procesamiento del lenguaje natural, 31: 115-122. http://hdl.handle.net/10045/1498). En cualquier caso, el sistema elabora un discurso directo de significados a pesar de su economía en palabras (Bouda & Baumgartl, 1955Bouda, K. & Baumgartl, L., 1955. Nombres vascos de las plantas. Acta Salmanticensia. Filosofía y Letras, 7-3: 1-9.).

Se puede afirmar que los habitantes del lugar conocen su fauna, la saben denominar y catalogar en gran medida y ubicarla en su contexto paisajístico y cultural. Sin embargo, la pérdida acuciante del contacto con los medios de producción tradicional o con la base dialectal a nivel lingüístico hace peligrar la vigencia de muchos de estos nombres antiguos. En este sentido, sólo mantienen cierta vitalidad aquellos que sí poseen continuidad de su empleo o ‘motivación’ en el hecho etnológico cotidiano (Navarro, 2014Navarro, H., 2014. El léxico etnobiológico en Lengua mapuche. Cuadernos de Lingüística Hispánica, 23: 13-28. 10.19053/0121053X.2334; Veny, 2015Veny, J., 2015. Botànica i llengua. Fitonímia, etimologia i motivació léxica. Manuscrits. Revista d’Història Moderna, 33: 33-50. 10.5565/rev/manuscrits.68). La metáfora y la metonimia se mantienen por no darse la pérdida de la correlación entre el zoónimo y su significación cultural. Así, por ejemplo, a nivel corológico se localiza el topónimo de la Era de los burros, o los de Akerregia o Irasokoatea en Vidángoz para señalizar dos boqueros. En estos casos nos remite la cartografía a antiguos espacios de trabajo agropecuario. Por el contrario, en Uztárroz se retiene en los mapas el término de la montaña de Otsogorri (‘el lobo rojo’), lo que deja constancia de la presencia, hoy invisible, de dicho animal en el valle. Aunque, como señala Mañas (2019Mañas, M., 2019. Raíces prerromanas en falsos zootopónimos de la provincia de Cáceres. Revista de filología románica, 36: 29-44. 10.5209/RFRM.63504) en sus estudios en Cáceres, los “zootopónimos parecen guardar relación con distintos animales muy conocidos en el ámbito español, tales como moscas, puercos, toros, vacas, cabras, gatos y lobos, creemos haber demostrado que la asimilación de tales nombres de lugar a estos conocidos animales se debe, en la mayoría de los casos, a deformaciones y etimologías populares y que, por tanto, dichos étimos nada tienen que ver” con el animal en sí. Por ello, en la interpretación de estos orónimos se hace necesario un análisis detallado y cotejado en estudios de líneas de tiempo en su uso en la zona.

En cualquier caso, los arcaísmos conservados -más o menos inalterados-, las construcciones semánticas o de significado desarrolladas con los étimos hablan a la vez de una memoria y una realidad en las que se conjugan la identidad del poblador, la fauna y su entorno y marco de biodiversidad en constante cambio y adaptación.

5. Conclusiones

 

Desde el punto de vista medioambiental y antropológico, el estudio de la nomenclatura de los animales en el Valle del Roncal demuestra que las especies más características y singulares del entorno han conservado sus peculiaridades zoonímicas dentro del marco cultural. Tales animales, en gran medida domésticos, no han alterado de forma significativa sus nombres locales debido en gran medida a su vigencia y presencia activa en el conocimiento tradicional. Ahora bien, esto no da lugar a la inexistencia en el origen de tales zoónimos de diferentes correlaciones de largo alcance a nivel lingüístico y significativo con otras regiones. En esta realidad cada vez más globalizada, se puede constatar que la conservación de los viejos nombres frente a acepciones externas hoy es de difícil pervivencia. Sin embargo, a pesar cierta aculturación medioambiental, en este valle pirenaico tal bagaje etnozoológico aún puede ser analizado.

En el paisaje humano y natural del Valle de Roncal, se observa una clara diversidad en la clasificación etimológica de los zoónimos, propia de toda sociedad fronteriza en lo social, cultural y lingüístico. Aún con todo, si bien tiene algunos de ellos acentuados, tal escala de valores es bastante regular en su conjunto. Entre ellos, en primer lugar, destaca el grupo de fisiozoónimos, que expone la tendencia de las comunidades locales por buscar determinados rasgos descriptivos de la morfología de los propios animales para designarlos de forma diferenciada. Y no solo para distinguirlos de los de otras familias, sino también para determinarlos ante otras especies de un género común.

De igual manera, destaca a su vez el conjunto de onomazoónimos plurilingües, lo cual no es extraño en un entorno que, si no es cuatrilingüe, sí por lo menos bilingüe. Es obvio y necesario recordar que la zoonimia roncalesa en origen parte principalmente de la lengua vasca. Aunque, a su vez, no deja de tener referentes de voces aragonesas y castellanas. Derivada de esta circunstancia es la tendencia en la comarca a la construcción de nombres vernáculos mediante la hibridación lingüística con vocablos completos o parciales derivados de cada una de estas tres lenguas.

No deja de ser necesario remarcar que en cuanto a las significaciones etnográficas de los zoónimos el equilibrio de variaciones categóricas se ha visto roto desde un punto de vista alegórico o metafórico. Es decir, está claro que una sección del bloque total de nombres vernáculos de los animales en Roncal viene determinada por la relación de dicho espécimen con un trabajo, utilidad o función -material o inmaterial- concreta en la cultura popular local. En estos casos, para poder entender el significado último de dicha identificación en la taxonomía general hay que superar los meandros de lo visible a simple vista y penetrar en el cogito absoluto de la comunidad, a nivel antropológico. Es decir, es necesario adentrarse en esa parte del logos del conocimiento tradicional que no queda expresado de cara al exterior del grupo humano de forma directa y completa. Así, en los resultados del estudio, se incluyen en este apartado la obtención, entre otros, de tecnozoónimos, fitozoónimos, zoozoónimos, somazoónimos, sin hacer distinciones internas en su globalidad. Este hecho per se no representa una singularidad única de esta población a escala pirenaica, peninsular o europea. Ahora bien, sí reseña la imbricación tradicional de un entorno y paisaje natural con una cultura de montaña muy vinculada al territorio.

De manera paralela, hay que señalar que entre los años 2014 y 2018 se efectuó en el Valle de Roncal un estudio etnobotánico. En dicho análisis de la flora local y su vinculación con la cultura popular se determinaron en el apartado de fitonimia unos resultados que no distaban mucho, en lo cualitativo, de los que se han obtenido en éste en relación a los zoónimos (Orduna & Pascual, 2018Orduna, P. & Pascual, V., 2018. Estudio etnofitonímico del valle pirenaico de Roncal (Navarra). Botanica Complutensis, 42: 125-148. 10.5209/BOCM.61373).

Como punto final de esta valoración de resultados, se puede concluir que la transformación en el empleo de la zoonimia vernácula roncalesa dada en las últimas décadas no es sino la respuesta lógica a un cambio de uso lingüístico y de los sistemas de interacción y explotación que la población está implementando con sus recursos zoológicos. Es cierto que algunas de estas transformaciones hoy están repercutiendo de una manera notable en la conservación y transmisión intergeneracional de un conocimiento tradicional del medio, entendido éste como un elemento vivo. Es cierto que la relación de la población roncalesa con su entorno siempre ha sido dinámica en su evolución en cuanto a los usos y costumbres, pero en la actualidad los cambios sobreviven de una manera rápida y conllevan la pérdida de parte del bagaje del saber popular pretérito. De cualquier forma, dentro de la normalización del acceso al conocimiento global nuevas formas de concebir y denominar a los seres vivos de su paisaje han ido ejerciendo un relleno ante este vacío establecido, dejando abierta una pregunta para el investigador: ¿supondrán tales cambios acelerados la pérdida de cualquier tipo de significación etnográfica propia dando lugar a nuevos procesos de aculturación y globalización de la población local?

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Disponibilidad de datos

 

Los datos que respaldan las conclusiones de este estudio pueden solicitarse al autor correspondiente, Pablo Orduna o Ángel Mari Pérez Artuch. Los datos no están a disposición del público debido a que actualmente están bajo la restricción de un proceso de análisis para hacer pública una guía completa que será editada por una entidad universitaria privada en función de la resolución de una solicitud de unas ayudas públicas.

Agradecimientos

 

En primer lugar, es de rigor agradecer el esfuerzo de todos aquellos informantes locales que se han prestado a brindar su apoyo siendo encuestados. Así mismo, es necesario resaltar los diferentes enlaces de zona que permitieron ampliar este número de personas colaboradoras y ofrecernos muestras de representaciones etnozoológicas en el arte y la tradición oral de la zona. Por otra parte, es obligado reconocer el soporte académico en nuestro trabajo de gabinete brindado por la Universidad Internacional de La Rioja, el Basque Culinary Center y el Grupo de Estudios Etnográficos Etniker Euskalerria. Fruto del interés y esfuerzo mostrado por todos ellos se puede publicar hoy este estudio de campo. Finalmente, se ha de agradecer a la etnóloga y doctora en arqueología Ester Álvarez Vidaurre su lectura crítica del manuscrito y las sugerencias tan útiles que de ella se derivaron.

Declaración conflicto de interés

 

Los autores declaran que no tienen intereses económicos en competencia ni relaciones personales que pudieran haber influido en el trabajo presentado en este artículo.

Fuentes de financiación

 

La investigación que ha generado los datos del artículo pretende ser la base de un proyecto de trasferencia de conocimiento más amplio para el que se han pedido fondos en una convocatoria pública aún no resuelta.

Declaración de contribución de autoría

 

Pablo Orduna y Angel Mari Pérez concibieron el estudio. Ambos concibieron y diseñaron el análisis y recopilaron los datos. Los autores realizaron las herramientas de análisis y su revisión. Todos los autores redactaron el artículo.